BARTOMEU NOGUERA (Diario de Mallorca, 3 de desembre 2012)
Sobre la fosa común del cementerio y frente a la placa que enumera los nombres de las víctimas, un centenar de personas asistieron ayer al homenaje que cada año se celebra en Alaró en recuerdo de los ´alaroners´ asesinados tras el golpe de Estado de 1936. Desde 2005 el grupo de memoria histórica celebra este acto el primer domingo de diciembre en conmemoración del aniversario de la ejecución del alcalde socialista de la localidad, Pere Rosselló i Oliver, ´sa maquineta´, fusilado el 4 de diciembre del 36.A las 12 y media se inició el homenaje con la presentación de Rafel Bibiloni, miembro del colectivo organizador. A continuación intervino el escritor Sebastià Alzamora, que antes de comenzar a recitar poemas de Blai Bonet, Salvador Espriu y Bartomeu Rosselló, quiso manifestar su apoyo a actos que, como el de Alaró, “buscan hacer memoria para obtener un mínimo de dignidad y para que los familiares pueden honrar a sus muertos”.
Alzamora aseguró que estos encuentros “siguen siendo imprescindibles, sobre todo teniendo en cuenta que algunos han intentado de muchas maneras y con mucha insistencia que no se recuerde nada”.
Tras las palabras del escritor comenzó la intervención musical, con la pianista Antònia Coll, la voz de Deïna Lillo, y la lectura de un poema por parte de Marçal Isern. Durante esta interpretación se realizó la ofrenda floral ante la placa instalada en uno de los muros del cementerio. Una de las asistentes que depositó flores fue la hija del alcalde asesinado, una familia que tuvo que alejarse del pueblo, pero que cada año es fiel a la cita y regresan a Alaró para asistir al homenaje.
El sábado por la mañana se celebró en el casal de Son Tugores la otra actividad incluida en este fin de semana de memoria histórica: una charla sobre literatura y Guerra Civil con la participación de Pere Ferrer Guasp y de Sebastià Alzamora. Ambos escritores repasaron las novelas que consideran merecen destacarse y que tienen como escenario la guerra iniciada el 18 de julio de 1936. Los escritores explicaron su experiencia a la hora de novelar hechos de aquellos años y analizaron “la crueldad a la que es capaz de llegar el ser humano”. Explicaron que en ocasiones “la realidad supera la ficción”.