Santiago Miró Fuster (Diario de Mallorca, Cartas de los lectores , 24 de novembre 2010)
Recientemente fue el día de Tots Sants y, como siempre desde que tengo uso de razón, fuimos al Cementerio de Palma toda la familia a “ver” a nuestros parientes fallecidos y así recordarlos como lo que somos, una familia unida.
Es una coincidencia reiterada el hecho de que siempre que entramos al Campo Santo, coincidimos en el homenaje que hacen a los fusilados en el Paredón, el cual, y como bien es sabido, está distinguido por una placa que reza el recuerdo de los que allí fueron ajusticiados por su ideal político. Al verlo siempre pienso “amb els meus, amb els xuetes”, con cada uno de los que fueron torturados, humillados, vejados y quemados entre el gentío por su descendencia, y siempre pienso lo mismo, dónde puedo honrarlos, un sitio común para todos, para honrar su presencia, esa que con tanto silencio y miedos injustificables hemos convertido en algo lejano y ajeno. Se merecen sus almas encontrar la luz, se merecen que les alumbremos el camino con oraciones, con flores, para que al menos, estén donde estén, sepan que nada fue en vano y que todos los que estamos aquí hoy recordamos que no murieron por nada, que fue injusto y que duele.
Por esto, necesitamos todo el apoyo posible para esta empresa justa, de que en esta, “Sa nostra terra”, se dignen las Instituciones pertinentes a erigir un “algo” para recordar a todos los “xuetes” que fueron ajusticiados, y así, poder honrar su memoria, duela a quien duela. Sé que aunque a pie de estas letras sólo figure mi rúbrica, somos muchos los que así sentimos, pero nuestra historia está llena de silencios, de esconderse, de renegar, sin saber que cada día que pasa sin dar luz a toda esa tragedia histórica, quitamos el honor que tan dignamente mantuvieron entre llamas los que hoy aquí recuerdo.